La obesidad es actualmente un gran problema de salud pública no sólo por el gran número de personas afectadas, sino por las limitaciones que ocasiona y sus patologías asociadas que causan un importante deterioro en la salud y un incremento en la morbi-mortalidad y en el gasto sanitario.
Actualmente hay más de 300 millones de personas, en todo el mundo, que sufren obesidad y unos 800 millones más, con sobrepeso. En dos estudios recientes (Nov11, Ene12) se ha demostrado que en España 1 de cada 3 individuos tienen exceso de peso.
Entre las patologías que se ven favorecidas por la Obesidad se encuentra la Diabetes Mellitus tipo 2, la hipertensión arterial, la dislipemia (ateroesclerosis) que causa problemas circulatorios, principalmente a nivel cardiaco (infartos, angor), cerebral (ictus) y periférica (claudicación) y que conforman la primera causa de muerte en el mundo actual. Además se asocia con mayor incidencia de cáncer, síndrome de apnea obstructiva del sueño, problemas articulares, etc.
El gran incremento en la prevalencia de la obesidad ocurrido en las últimas décadas refleja, en parte, los cambios ocurridos en nuestra civilización: cambios tanto en la ingesta (alimentos más calóricos, precocinados y raciones XXL) como en la actividad física (urbanización de las ciudades, uso de juegos electrónicos en lugar de deportes activos, etc). Sin embargo, sería un error aislar estos factores ambientales de los factores biológicos que controlan el peso y la composición corporal y que rigen nuestra conducta alimentaria.
Estos factores biológicos presentan gran variabilidad interindividual, ya que hay personas que comiendo lo mismo y teniendo el mismo estilo de vida, unas engordan y otras no; unas responden mejor al ejercicio y otras engordan con el estrés. Esto es por que las diferencias en la susceptibilidad al sobrepeso, a la obesidad y a sus complicaciones, tienen fuertes determinantes genéticos. Así, la presencia de variantes de determinados genes, como los relacionados con el control de la ingesta y la saciedad o con el mantenimiento energético, puede hacernos más predispuestos a la obesidad.
Pero los genes se expresan en el ambiente y es la interacción genes-medio ambiente lo que resulta más importante. Esto nos lleva a la Medicina personalizada, es decir un tratamiento, dieta, ejercicios de acuerdo a la carga genética de cada persona. Además, la predicción de los riesgos de salud derivados de la obesidad para pacientes individuales no es directa, pero el conocimiento de los factores genéticos que influyen en cada caso, sin duda favorecerá la aplicación de medidas preventivas.